domingo, 20 de junio de 2010

Cosas de Escritores



Cosas de Escritores


Lo que me lleva a escribir sobre el tema, es la pérdida de dos grandes escritores por un lado el escritor portugués José Saramago y por el otro el mexicano Carlos Monsiváis. En lo personal encuentro placer en la lectura y procuro en la medida que el tiempo y el cerebro me lo permite hacer algo parecido a un ejercicio de escritura –como el que aquí estoy tratando de hacer–. Sin embargo no me gusta leer por leer, definitivamente el estilo de la narrativa del escritor es lo que determina en mí sí me gusta la obra para leerla o definitivamente se me hace un estilo aburrido y por muy interesante que pueda estar lo que ahí se dice, simplemente desisto del intento. Y es que pienso que para ser un buen escritor se debe antes ser un buen narrador y para ser un buen narrador se debe antes ser un buen conversador; de manera que aquellas personas que tiene una plática amena no tendrían mucho problema –con un poco de entrenamiento– para escribir y ser leído; y tener un grupo de lectores cautivos, ávidos de leer lo nuevo que el escritor les prepara.
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Y es que hoy en día con el desarrollo de las tecnologías de información y comunicación (TIC`s), hay mucha gente –como yo– que se dedican a escribir, y muchos lo hacen tan sólo por el hecho de que quieren y pueden hacerlo. Sin embargo con tristeza podemos observar como poco a poco debido a tecnicismos y abreviaturas usadas en la red, el lenguaje se va deformando, al punto inclusive de que se ha perdido la caligrafía –y la ortografía–, pues para mucho la acción de escribir es sólo oprimir unas teclas y cuando se ven en la necesidad de hacerlo con papel y pluma, resulta en algo verdaderamente desastroso, pues en muchas ocasiones es difícil de poderlo leer, al punto que si lo llevamos a la farmacia nos surten la receta.
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Los escritores son esos seres extraños que se dan a la tarea de narrar los sueños de las sociedades, en donde también plasman los miedos, los anhelos y las formas en cómo van tras ellos, así como las vicisitudes para lograrlo.
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Pero a pesar que se ve tan fácil, no lo es en realidad, escribir para llegar al alma, el corazón o la conciencia del lector es todo un arte. Y no cualquiera por la simple acción de escribir lo consigue.
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De ahí que cuando un escritor que ha sabido llegar al corazón de sus lectores, continúa su viaje hacia destinos desconocidos, deja un espacio que si bien podrán nacer nuevos escritores, el lugar que ellos dejan, no lo llena nadie; y es por eso que para quien aprecia su trabajo le embarga una pena sentida, pues no se podrá disfrutar más de su genio creativo, para el deleite de quien gustaba de sus obras.
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Por lo que el trabajo que hace un escritor en primer lugar de deleitarnos con sus letras, de entretenernos y de hacernos llegar un mensaje –muchas veces entre líneas–,es digno de admirarse, pues pudiendo dedicar su tiempo y esfuerzo a hacer otras cosas, el se toma a cuestas la tarea de escribir para que las sociedades sueñen y sientan el impulso de ir tras de historias como las que en las hojas de los libros se plasman y sentir que los sueños son posibles si los deseamos con fuerza y trabajamos por ellos, y que cada ser humano es especial y tiene que vivir su propia historia –su leyenda personal–.
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Los seres humanos deberíamos leer más para hacer mejores sociedades, así como también deberíamos de escribir más y hablar menos, pues al hacerlo desarrollamos un estilo de pensamiento que nos va haciendo ser más ordenados, lógicos y elegantes para expresarnos. E:.C:.

LA OTRA FORMA DE PENSAR