sábado, 18 de septiembre de 2010

MÉXICO: 1810-2010



En este 2010 nuestro País cumple 200 años del inicio de su independencia (cuyo proceso fue uno de los más largos de América Latina) iniciándose debido a cambios en la estructura social, económica y política de la colonia que llevaron a una élite ilustrada de novohispanos a reflexionar acerca de su relación con España.

Haciendo una breve reseña de nuestra historia podemos decir que la guerra por la independencia la inicia el 16 de septiembre de 1810 el cura Miguel Hidalgo y Costilla luego que la conspiración de Querétaro fue descubierta. Declarando constitucionalmente la independencia de la América Mexicana el congreso de Chilpancingo en 1813. Consumandose la independencia el 27 de septiembre de 1821. Por lo que al principio, la ex colonia española pasó a ser una efímera monarquía constitucional católica llamada Imperio Mexicano. Finalmente fue disuelto en 1823, cuando luego de varios enfrentamientos internos y la separación de Centroamérica, se convirtió en una República Federal.

Sin embargo a pesar de haber pasado tantos años y haber costado tantas vidas, para que México fuera un País INDEPENDIENTE, se hace evidente que poco se ha avanzado en las condiciones que mejoren la calidad de vida del pueblo, pues hoy en día más del 40% de la población vive en condiciones de pobreza y cambiamos de ser dependientes de la corona española a ser dependientes del Banco Mundial (BM) y del Fondo Monetario Internacional (FMI), que son quienes dictan las políticas en nuestro País, pues de no hacerlo no nos proveen de los recursos económicos que los gobiernos en turno requieren para que el País funcione.

Pudiéndose además observar con objetividad y tristeza la descomposición paulatina del Estado mexicano tanto en el terreno económico como en el político y, en estos días sobre todo, en el de la seguridad, al punto de mencionarse en círculos internacionales que México es ya lo que Colombia fue tan sólo hace unas décadas en materia de la inestabilidad debido a las operaciones de los cárteles del narcotráfico.

México al igual que hace 200 años, sigue siendo un país de contrastes, pues por una parte tenemos a una clase política que vive en la opulencia gracias a la explotación de la clase media, y por otra parte tenemos a una población que vive en condiciones de extrema pobreza. Es un país donde el incremento salarial se fija en función a las predicciones inflacionarias y no con base a la inflación que mermo el poder adquisitivo de la población; que fija un salario mínimo, en el entendido que con ese salario se deben de cubrir las necesidades básica de una familia, pero que en realidad no alcanza para nada (ningún político se atrevería a vivir tan sólo un mes con ese salario). Donde siendo dueños de grandes yacimientos de petróleo, tenemos que pagar gas y gasolina caros, porque tenemos que volver a comprar nuestro petróleo industrializado a precios exorbitantes; es en México en donde podemos encontrar gente tan pobre como en algunas regiones africanas y tan ricos como pocos en el mundo que pueden contar sus fortunas en miles de millones de dólares.

México es un país de contrastes en donde para ganar el premio nobel de ciencias se tienen que cambiar de nacionalidad pues siendo mexicanos jamás se lo otorgarían y el México en donde la educación sólo sirve para adoctrinar y someter al pueblo, en donde no se le enseña a los jóvenes a pensar, cuya premisa educativa es el que aprendan a obedecer y quien logra despertar de ese letargo intelectual en la mayoría de los casos se va del país. Todo esto claro con la ayuda de la iglesia que por supuesto siempre está del lado de los fuertes, pero no todo es malo en ella, pues le enseña al pueblo resignación y le da esperanza de que ha su muerte podrá gozar de una mejor vida en un paraíso, que si fue dócil y obediente lo más seguro es que ahí lo reciban.

Pero claro que como buenos mexicanos, el gobierno no podía ser la excepción en esta conmemoración cuyo costo por lo exorbitante se sabrá hasta dentro de 12 años, en lugar de darle un mejor uso y atender prioridades de las comunidades más necesitadas. Ha, y eso sí, no podemos dejar de mencionar el megapuente del bicentenario, que en lugar de ocupar ese tiempo en analizar y reflexionar en las escuelas sobre los acontecimientos pasados y ver que hemos hecho mal para corregirlo, es mejor tenerlos enajenados con partidos de futbol de una selección que lo único que da es lastima y un carnavalezco festejo digno de envidiar por Walt Disney.

¿Cuál es la INDEPENDENCIA que festejamos?, ¿porque somos tan ilusos y nos gusta que se nos engañe?, ¿por qué nos gusta vivir en la ilusión?, ¿cuándo tendremos el valor de poner los pies sobre la tierra y reconocer que vivimos en un país de utopía?, en donde en los informes de gobierno todo está bien, pero la realidad de las calles es estremecedora.

Además, debido a que la independencia se consumó el 27 de septiembre de 1821, el inicio de nuestra vida independiente tendría que iniciarse a partir de 1821, es decir, que el bicentenario de la independencia en realidad tendrá que celebrarse en 2021.

Así que antes de ondear las banderitas mexicanas hechas en China, festejando el bicentenario debes de preguntarte en realidad ¿QUE FESTEJAS?

LA OTRA FORMA DE PENSAR