El ser humano es complejo y dentro de esa manera tan peculiar de ser, una característica que resalta son sus apegos. Todos sin excepción tenemos apegos a una gran variedad de personas, situaciones o cosas. Y se le llaman apegos porque nosotros no lo soltamos, no lo dejamos ir; tenemos incluso de manera muy común apegos en forma de recuerdos.
Pero debemos de comenzar analizando él porque tenemos apegos, y una de las relaciones primarias con ellos, tiene su origen en el miedo, pero no es cualquier miedo, sino más bien el miedo a perder o no alcanzar lo deseado, que a su vez nos hace desear la felicidad a través del logro de lo deseado, pues todos tenemos un deseo común, que es el que se llegue a realizar aquello que creemos nos va a dar felicidad al yo, al ego. Siendo este deseo una de las formas más comunes de apego, porque depositamos en su realización la seguridad y la certeza de nuestra felicidad. De manera que cuando nos aferramos a ese tipo de deseos, es señal de que tenemos ante nosotros a un apego.
Y como mencione al principio todos los seres humanos tenemos diferentes tipos de apegos, siendo incluso la rutina uno de ellos; pero cuando estos se hacen demasiado fuertes pueden llevarnos al sufrimiento, pues la sensación de perder por lo que tenemos apego nos produce ansiedad y con ello se aleja la felicidad.
De manera que es muy importante podernos dar cuenta que apego es el que nos está causando más daño. Y esto sólo lo podemos descubrir observando nuestra conducta de manera consciente y honesta, para poder diferenciar cuándo nos mueven los miedos y cuándo nuestras motivaciones son reales.
Pues, comenzamos a disfrutar plenamente de la vida y de las cosas cuando no tenemos apego por ellas; porque la ansiedad que nos produce cuando nos aferramos a ellas no nos permite poder gozarlas plenamente.
Por lo que es necesario para poder disfrutar de las cosas, no pretender su posesión, para con esto evitar la tensión que a su vez nos genere ansiedad y en último de los casos depresión.
No necesitas poseer las cosas para disfrutar de ellas, pues las mejores cosas de la vida las tenemos que compartir con los demás, te preguntarás cuáles son esas cosas, pues ahí tienes el aire que respiramos, el sol que nos calienta, la lluvia que nos moja y en fin la lista podría ser muy larga.
Antes de continuar te preguntaras: ¿Porque se le ocurrió escribir sobre esto? Bien, decidí escribir acerca de los apegos, en primer lugar, porque trato de identificar los míos y hacer algo al respecto, pero en segundo lugar porque estamos cerca de terminar un año más y todos de manera más o menos consciente hacemos una revisión de lo que fue nuestra vida en el año; y bueno considero que es importante hacer una revisión de esos apegos que en un momento nos causaron problemas o que incluso nos causaron daño, para poder trabajar en ellos este año que está por iniciar y poder ser personas mejor realizadas y más felices. Pues como podrás darte cuenta, la raíz de mucho de nuestros males emocionales es debida a nuestros apegos.
De manera que, debemos trabajar más en buscar la manera de ir abandonando paulatinamente nuestros apegos, para poder ser mejores personas.
Pues, el desapego y la ausencia progresiva de deseo por lo que sentimos apego, nos pone en condiciones de ser cada vez más felices, porque nos hace depender solo de nosotros mismos.
Y es que, debemos de considerar el hecho de que sólo se puede amar de verdad desde el desapego, desde la aceptación total de la libertad y la independencia de los demás.
Por lo que, en definitiva luchar por eliminar nuestros apegos, nos lleva en la dirección de tener una mejor relación con nosotros mismos y en consecuencia nos permite mejorar la calidad de nuestras relaciones con los demás.
1 comentario:
Este articulo me lleva a pensar como conclusión que para ser felices hay que sentirnos libres y dar libertad a los demás. Que el apego ante las cosas, personas e ideas, solo encierran la mente y sentimiento y por ende a nosotros mismos, lo cual nos lleva a la infelicidad.
si sabes apreciar ver las aves volar, sabrás que la libertad es sinónimo de felicidad. Bueno eso pienso yo.
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