CIENCIA Y SOCIEDAD
En materia de ciencia, nuestro País y en particular nuestro Estado, tiene una serie de rezagos en salud, tecnología, educación, protección al ambiente, etcétera. Por lo que la ciencia tiene un mar de oportunidades para trabajar en la solución de los problemas de corto y mediano plazo que aquejan a nuestra sociedad.
Contrario a lo que la mayoría de las
personas pueden pensar, hacer ciencia no es cuestión de grandes coeficientes
intelectuales, ni de tecnologías de punta, es solo cuestión de contar con tres
elementos indispensables: capacidad de observación, imaginación y ganas de
investigar. De manera que, lo que conocemos como ciencia, no es otra cosa que
un conjunto de conocimientos estructurados y sistematizados de los que se
deducen principio y leyes generales, que en realidad están al alcance de todos,
y todos tenemos la capacidad de hacerla, ya que en su concepción más básica la
ciencia va a hacer toda actividad que nos permita generar un nuevo conocimiento
(que sea demostrable, reproducible y refutable) y en su concepción social, van
hacer aquellas acciones encaminadas al estudio de la solución de problemas, que
una sociedad requiera, o a la comprensión de fenómenos aún no explicables.
Es necesario mencionar que la imagen
social de la ciencia ha tenido profundos cambios a lo largo de la historia,
pero es en el siglo que acaba de terminar donde más se notaron, sobre todo
debido al vertiginoso desarrollo tecnológico (en particular en las
comunicaciones), creándose un mayor y
más rápido acceso a la información, pero siendo privilegio aún de minorías. Así
que de manera general ciencia y sociedad, se encuentran íntimamente ligados,
pues los beneficiarios de la ciencia son las sociedades y a su vez son las
sociedades quienes le demandan a la ciencia más y mejores aportes.
Hoy en día, muchos de los esfuerzo
realizados por grupos de científicos organizados, se esta dando en torno a
problemas ambientales, de alimentos transgénicos, de la energía nuclear, de la
deforestación, del agua, de la genética, etc., en espera de poder contribuir a
un mejor desarrollo social. Sin embargo, no se debe de perder de vista que el
desarrollo económico de un País, se encuentra ligado al desarrollo de su propia
ciencia y tecnología que sostiene al sector empresarial, y que de no generarse,
se tienen que importar, lo cual en la gran mayoría de los casos los hace
vulnerables por la dependencia técnico-científica que esto genera. Teniéndose
como consecuencia inmediata, la de ser poco competitivos al depender de los
precios de los productos y/o servicios que tienen que importar.
Los países que han optado por el
desarrollo científico-tecnológico, hoy en día tienen una economía creciente, y
es el caso de países como China, o la India, quienes a pesar de haber estado gobernados
bajo el régimen ingles durante un largo periodo de tiempo, hoy en día su
crecimiento se debe en gran parte a la inversión que han realizado en ciencia y
tecnología. Esto fue posible, en primera instancia por que los gobiernos
actuales de estos países, se tomaron muy en serio el papel que jugaba en su
desarrollo la inversión en ciencia y tecnología, y en consecuencia hicieron los
esfuerzos necesarios, para poder incrementar los apoyos en estos rubros.
Por lo que de experiencias como esas,
nuestros gobiernos (Federales, Estatales y Municipales), si en verdad así lo
quieren, pueden tomar esos ejemplos para normar mejores criterios que permitan contar
con una mejor relación entre las comunidades científicas y academias del país, en
el entendido de que para el gobierno debe ser un tema prioritario la enseñanza
de la ciencia y la generación de ciencia y tecnologías propias.
Siendo entonces, que el punto en el
que se debe de partir es el de una educación basada en la enseñanza de la
ciencia, pero no de la manera segmentada y purista como actualmente se
encuentra constituida, pues se debe de reconocer que los conocimientos
cambian permanentemente, pero ese cambio
no siempre implica transformación, es decir, no implica que los conocimientos
adquiridos dejen de ser lo que son.
Por lo que, si
el propósito del entrenamiento intelectual es formar la inteligencia antes que
proveer a la memoria y producir investigadores intelectuales antes que solo
conocimientos, entonces la educación tradicional es obviamente culpable de una
grave deficiencia.[1] Por
lo que, resulta necesaria una investigación mucho más amplia con el objeto de
conocer precisamente que enseñar y cuándo, y como ajustar mejor la enseñanza al
sujeto de manera individual.[2]
De manera que el
objeto principal de la educación es crear hombres que sean capaces de hacer
cosas nuevas, no repetir simplemente lo que han hecho las otras generaciones,
hombres que sean creativos, inventivos y descubridores. Además, el
segundo objeto de la educación es conformar mentes que puedan ser críticas, que
puedan verificar y no aceptar todo lo que se les ofrece.[3]
Pero para que esto se dé es necesario que la escuela cultive el hábito en sus
estudiantes para que piensen siempre y examinen, permitiéndose dudar de
todo aquello que no comprendan o no conozcas por sí mismos. Por lo que, será solo
por el estudio de las aplicaciones regulares de los procedimientos científicos que
podremos llegar a formarnos un buen sistema de hábitos intelectuales.
Por otra parte, una acción permanente
que permite que las sociedades se informen de manera sencilla, y se interesen
por la ciencia y la tecnología, es la
difusión a través de los medios de comunicación de las mismas, en un lenguaje
comprensible a los lectores que les permita entender los temas que ahí se
abordan.
No hay comentarios:
Publicar un comentario