domingo, 23 de noviembre de 2008

Ciclos


Hoy quiero compartir contigo una reflexión sobre los ciclos en la vida del hombre. Sin darnos cuenta todo lo que acontece en nuestra vida está compuesto por ciclos y es importante tomar conciencia de que cuando iniciamos un nuevo ciclo, este tiene un periodo de vida y tarde o temprano va a fenecer. Tenemos ciclos biológicos como el nacer, reproducirnos y morir; también tenemos ciclos lunares, ciclos anuales, etc.
De manera que todo lo que acontece en nuestras vidas se encuentra relacionado con algún tipo e ciclo. Cada vez que iniciamos un nuevo proyecto, debemos estar consientes que tiene un ritmo y tiempo de duración, que nada es para siempre: y que todo lo que inicia un día termina.
Y es en esa conciencia que debemos disfrutar cada instante y cada etapa que nos toca vivir en los ciclos de la vida, pues muchas ocasiones cuando nos gusta la etapa que se está viviendo en el ciclo quisiéramos perpetuar por siempre la experiencia vivida y por el contrario cuando la etapa del ciclo nos es dolorosa quisiéramos que terminase ya. Siendo esa forma de pensar lo que nos hace sufrir al aferrarnos a las cosas que nos son gratas y no queremos tener que padecer la fase desagradable de los ciclos. Pues la vida se compone de cosas buenas y malas y es ese balance lo que le da equilibrio y sentido a nuestras vidas.
Debemos de estar preparados mental y espiritualmente para disfrutar cada instante, cada paso cada etapa del ciclo, pues debemos de estar siempre consientes de que nada es para siempre; ni la alegría es eterna como tampoco lo es el sufrimiento. De manera que en la medida que entendamos que todo pasa, adquiriremos la madurez para ser felices.
No se puede vivir añorando el pasado, como tampoco se puede estar esperando un futuro mejor, lo único que se tiene es el presente y es con eso con lo que debemos aprender a vivir “con en el presente”; es sano cerrar los ciclos del pasado y no apresurarse a tratar de abrir nuevos ciclos para el futuro, disfrutar la etapa del ciclo que se está viviendo es la mejor decisión que podemos tomar en nuestras vidas.
Pues más que querer evitar que algo se termine –y sufrir por ello–, debemos ser lo suficientemente agradecidos con la vida por permitirnos haber vivido la experiencia.
Aprender a soltar, aprender a dejar ir, es un tipo de actitud que no es fácil de adquirir, pero que es posible aprender. Pero, si la pregunta es ¿cómo aprenderlo?, resulta fácil poder detectar cuando debemos cerrar un ciclo, pues sencillamente, aquello ya no encaja en tu vida, aunque te aferres e insistas en que sí. Por lo que ser honestos con nosotros mismos y aprender a escucharnos es vital para reconocer cuando es necesario iniciar un nuevo ciclo y cuando debemos de cerrar y poner fin a uno abierto,
Vivamos cada etapa de nuestras vidas con la plena conciencia que no volverá a repetirse ese momento.

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LA OTRA FORMA DE PENSAR