domingo, 2 de noviembre de 2008

Muerte


Estamos en el penúltimo mes del año, el cual se caracteriza por la festividad del Día de Muertos; y ante el evento inminente que es la muerte, todos en algún momento de nuestra vida (sino, que en varios momentos) nos ponemos a reflexionar sobre el inevitable suceso.

Por lo que en esta ocasión les quiero compartir una reflexión de su servidor acerca de la muerte Así que doy inicio sobre la misma comentando que, sobre la muerte se ha dicho y escrito mucho y se le han dado infinidad de definiciones como la de que es lo opuesto a la VIDA; la muerte como evento es el fin de la vida, es el polo opuesto al NACIMIENTO. Se considera, que el evento de la muerte es la culminación de la vida en un ORGANISMO VIVO. Sin embargo a pesar de esas definiciones considero que la muerte más que una terminación es una TRANSFORMACION.

SIn embargo antes de abundar sobre mi reflexión y poder hablar de la MUERTE es necesario comprender que es la VIDA. Hay personas que creen vivir por el simple hecho de que respiran, sin embargo debemos darnos cuenta de que la VIDA es más que respirar, pues la VIDA es plenitud, éxtasis, realización. Uno debería de vivir entendiendo que en cualquier momento puede abandonar este estado de la materia y que puede que sea el último día que vemos la luz del sol; así que si este fuera nuestro último día o nuestras últimas horas, acaso no las quisiéramos aprovechar al máximo y no “matar el tiempo”, como acostumbramos pensar, acaso en esos últimos momentos no quisieramos emplearlos para decirle a la gente que queremos lo que sentimos por ellas y no postergar ni un minuto más las cosas que deseamos hacer, poder vivir en armonía con la gente, entendiendo que no por ser o pensar diferente a nosotros tiene que ser nuestros enemigos, así también entender que no todo lo que nosotros hacemos y decimos tiene que ser aprobado por los demás, y en eso se tiene que ser muy enfático, la opinión más importante sobre nosotros es la de nosotros mismos.

Para poder VIVIR de manera plena, es necesario actuar en función a como pensamos y sentimos de una manera honrada y honesta con nosotros mismos. Si hacemos esto ,podemos decir que tenemos una BUENA VIDA y en consecuencia no tenemos el temor a la muerte porque nos encontramos en paz con nosotros mismos y preparados para el momento en que tengamos que partir a la siguiente fase del camino.

La muerte por consiguiente no es un punto y final, tan solo es un punto y seguido, es una fase más en nuestro viaje. Pues cuando se vive de manera intensa cada momento, también la muerte es acogida con beneplácito, porque no se tiene el remordimiento de lo que no se tuvo el valor de hacer, ni por estar atado a los bienes materiales que dejamos en el camino.

En la medida que tengamos una BUENA VIDA, tendremos una BUENA MUERTE.Pues, el hombre que ha sabido vivir, en su muerte se inmortaliza en el recuerdo de la gente que le amo y en las obras que realizo en bien de los suyos y de la humanidad en general.

LA VERDADERA MUERTE ES EL OLVIDO

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